LOGROS

Desde su primera edición, la Conferencia Latinoamericana sobre Políticas de Drogas se ha instalado como un escenario de producción de sentido y conocimiento, de encuentros entre representantes de la sociedad civil, de movimientos sociales, de gobiernos y de agencias intergubernamentales, de activismo e identificación de sinergias, que no ha cesado de crecer.

La incidencia política de estos encuentros es indiscutible, ya que ha dejado profundas huellas en las políticas de drogas de cada país anfitrión, ha fortalecido posiciones emergentes e innovadoras de otros países en el concierto regional, y ha empoderado a muchísimos actores de la sociedad civil.

Tras la gran discusión sobre la despenalización del consumo de sustancias que, promovida desde la Conferencia Latinoamericana en 2009, se instalara en la opinión pública local, la Corte Suprema de Justicia de Argentina resolvió, por unanimidad de todos sus integrantes, declarar mediante el Fallo Arriola la inconstitucionalidad del segundo párrafo del artículo 14 de la Ley de Estupefacientes (N° 23.737) que reprime la tenencia de estupefacientes para consumo personal.

En 2010, Río de Janeiro fue la sede y dejó como saldo el despertar de la financiación por parte del Estado Federal de muchos programas de reducción de daños y riesgos del consumo de sustancias, así como el fortalecimiento de experiencias comunitarias en diversos territorios con poblaciones en situación de vulnerabilidad social.

Coincidentemente con el debate promovido por la Conferencia en Bogotá en 2012, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, abogó en la VI Cumbre de las Américas por la elaboración de un informe de la Organización de los Estados Americanos, con la misión de preparar material para un debate hemisférico sobre los resultados decepcionantes y las consecuencias preocupantes de las actuales políticas de drogas en las Américas, así como explorar nuevos enfoques para responder más efectivamente al fenómeno.

En 2014, Costa Rica se mostró muy sensible a los debates que generó la Conferencia Latinoamericana, con la presencia de la vicepresidenta de la nación en el cierre del evento. Confedrogas sirvió como punto de partida para la eliminación de penas a mujeres que introducen drogas a centros penales y crear una red interinstitucional para su reinserción, la aprobación del modelo de Reducción de Daños como política de Salud Pública.

República Dominicana (2016) no se quedó atrás. Luego de la Conferencia de Santo Domingo en la última edición de Confedrogas, la Ministra de la Mujer selló en el ámbito de la Conferencia su compromiso con las mujeres encarceladas por delitos de drogas, y el gran impacto en medios de comunicación consiguió instalar en la agenda pública la revisión de un modelo de control de drogas que ha profundizado la exclusión y continúa reforzando el estigma, la discriminación y los abusos que afectan a las personas que usan drogas.

Un soplo de esperanza surgió tras la conferencia de 2018 en México; este país se encaminaba hacia la regulación del mercado de marihuana, luego del fallo de la Suprema Corte de Justicia que declaró inconstitucional la prohibición del consumo recreativo. Sin dudas, esta fue una victoria de los movimientos reformistas de las políticas de drogas de Latinoamérica y sus aliados internacionales. La edición de esta conferencia encontró en la Ciudad de México el escenario ideal, no de casualidad sino como una causalidad, con el claro propósito de continuar marcando el camino hacia políticas de drogas enfocadas en el bienestar de las personas.

Los más de 3500 asistentes que han participado en las ediciones anteriores; los más de 1000 artículos publicados en diarios, páginas web, radio y televisión de más de 30 países; los 80 eventos satélites, dan cuenta de la relevancia de un evento único que tiene una enorme incidencia en el fortalecimiento de la sociedad civil que trabaja en políticas de drogas y temas relacionados; en la participación de mujeres, personas que usan drogas, personas ex privadas de la libertad, víctimas de la delincuencia organizada; en la construcción de consensos; en la mejora del debate social en los medios de comunicación y la opinión pública, y en el desarrollo de políticas públicas innovadoras.

¡No te pierdas esta oportunidad! 

Únete al debate sobre el futuro de las Políticas de Drogas en Latinoamérica.

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